Como era de esperar, en el pleno ordinario del pasado jueves, el grupo popular se negó, con su voto, a que la moción presentada para que se investigasen la cuentas del Ayuntamiento siguiese adelante. Lo que no nos explican claramente son los motivos de su negativa, aunque su voto es bastante aclaratorio, ya que si no hubiese nada que ocultar no les importaría que se realizase la auditoría, incluso les serviría para acallar las críticas y los rumores que se están escuchando estos días.
Por contra, el alcalde, haciendo gala de la soberbia que le caracteriza, saco facturas pagadas sin IVA a favor de una hermandad de Gerindote, queriendo de esta forma culpar de cómplice al concejal de IU, de lo que no se acordaba era que uno de sus concejales también está en la directiva de dicha hermandad, por lo que indirectamente le acusó de lo mismo.
Así se las gasta el máximo mandatario del Ayuntamiento, no le importa llevarse a quien sea por delante para mantener alejado al Tribunal de Cuentas, salvando su cargo y la posición de los que le rodean, o al menos esto es lo que se deduce aplicando la lógica sobre los sucesos acontecidos.
Mas difícil de entender me resulta la postura de los nuevos concejales, que sin planear la duda sobre ellos, se niegan a la investigación. Este voto les mete de lleno en la polémica, ya que son cómplices con su negativa. Y aunque en muchos casos, desconocen o no tienen toda la información sobre lo que firman o sobre lo que votan, no es excusa para eximirlos de responsabilidad.
Pero esta es una de las consecuencias que tiene la mayoría absoluta que se les otorgó en mayo, que en lugar de un Ayuntamiento, tenemos un propiedad privada, donde mandan tanto los que figuran como los que no, donde lo público se toma como propio y donde lo propio me pregunto de donde vendrá, donde para saber tienes que imaginar, donde unos pocos pueden salir y entrar con total impunidad, lugar de reuniones de negocio y de tramas políticas, lugar donde se ha creado un líder con pies de barro para manejar la escasa voluntad de un pueblo que parece impermeable ante la falta de moralidad, hipnotizados al són del reggaeton y al olor a fritanga, donde se contrata a dedo o donde diversos personajes acuden como voluntarios y salen con los bolsillos llenos, esto es el Ayto. de Gerindote S.L.
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